El hereje es la última novela escrita por el vallisoletano Miguel Delibes.
Cuenta la historia de Cipriano Salcedo, un joven de la Valladolid del siglo XVI, donde las calles y plazas están apestadas de leprosos.
Su padre Bernardo Salcedo queda viudo tras morir su mujer, la madre de Cipriano. Al morir su madre lo amamanta una joven llamada Minervina. Su padre dedice internarlo en un colegio religioso, donde por primera vez el oye hablar de Lutero.
Tras salir de aquí monta una empresa de abrigos, algo revolucionario en toda Castilla, y se hace un conocido burgués. Por este tiempo conoce a Teodora una esquiladora de ovejas, que recibía el sobrenombre de “La reina del páramo”, dada su maña y buen hacer en esta práctica.
Se casa con ella, y los primeros años son felices para la pareja, pero ella empieza a obsesionarse con tener hijos, tras muchos esfuerzos los tan ansiados niños no llegan y “Teo” como la llamaba Cipriano enloquece. Es internada en un hospital psiquiátrico y muere a los ocho meses de su ingreso.
A partir de este omento Cipriano Salcedo empieza a asistir a reuniones de carácter luterano y del dogma protestante. Incluso realiza un viaje a Alemania para traer obras a la península de Martin Lutero.
Pero de todo esto el Santo tribunal de la inquisición se hace eco y todos los participantes en esta organización son detenidos.
Al final Cipriano es condenado junto a sus veinte amigos a la hoguera pública, donde es acompañado por Minervina a la que llevaba más de veinte años sin ver.
Cuenta la historia de Cipriano Salcedo, un joven de la Valladolid del siglo XVI, donde las calles y plazas están apestadas de leprosos.
Su padre Bernardo Salcedo queda viudo tras morir su mujer, la madre de Cipriano. Al morir su madre lo amamanta una joven llamada Minervina. Su padre dedice internarlo en un colegio religioso, donde por primera vez el oye hablar de Lutero.
Tras salir de aquí monta una empresa de abrigos, algo revolucionario en toda Castilla, y se hace un conocido burgués. Por este tiempo conoce a Teodora una esquiladora de ovejas, que recibía el sobrenombre de “La reina del páramo”, dada su maña y buen hacer en esta práctica.
Se casa con ella, y los primeros años son felices para la pareja, pero ella empieza a obsesionarse con tener hijos, tras muchos esfuerzos los tan ansiados niños no llegan y “Teo” como la llamaba Cipriano enloquece. Es internada en un hospital psiquiátrico y muere a los ocho meses de su ingreso.
A partir de este omento Cipriano Salcedo empieza a asistir a reuniones de carácter luterano y del dogma protestante. Incluso realiza un viaje a Alemania para traer obras a la península de Martin Lutero.
Pero de todo esto el Santo tribunal de la inquisición se hace eco y todos los participantes en esta organización son detenidos.
Al final Cipriano es condenado junto a sus veinte amigos a la hoguera pública, donde es acompañado por Minervina a la que llevaba más de veinte años sin ver.
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